18 de noviembre de 2024
Seguimos recorriendo alguno de los espacios protegidos emblemáticos de la geografía española, y en esta ocasión recalamos en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que fue acreditada como tal por la UNESCO en el año 1984, tras una iniciativa ciudadana que se sustentaba en el rechazo a la construcción de un puerto deportivo. Según nos cuenta Nicolás García-Borreguero, director del Patronato de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, “en un principio hubo cierto rechazo, ya que la gente pensaba que esa declaración significaba la prohibición de muchos recursos”. Nada más lejos de la realidad, ya que la experiencia vivida a lo largo de los años nos demuestra que “la gente ha tomado conciencia de lo que significa una Reserva de la Biosfera y, lo más importante de todo, se sienten parte de ella”, sentencia García-Borreguero. Y es que una Reserva de la Biosfera, se define como un espacio de sostenibilidad en el que buscamos un equilibrio entre la conservación y el desarrollo económico de su población. Y así fue también que este destino, adherido a Soy Ecoturista, obtuvo la acreditación de la Carta Europea de Turismo Sostenible en el año 2020, convirtiéndose en el primer espacio protegido de Euskadi en lograrlo.
Llena de pliegues y matices, Urdaibai está marcada por una historia que, para no perdernos lo esencial, debemos ir descubriendo capa a capa: desde sus montañas, pasando por su impresionante marisma, hasta la marcada costa. Muchas veces las historias están frente a nosotros, pero no sabemos verlas. O, incluso viéndolas, no las podemos descifrar. Es como leer un lenguaje que no conocemos, y tienen que traducirnos. Ese lenguaje puede ser oral o escrito. Fonético o simbólico. Como los renglones prehistóricos que pueden verse en las capas, y huellas, escritas en la tierra.
Para leer la historia de Urdaibai, Barbara Casas e Imanol López, geólogos de Ekobideak, nos transportan a la época en la que Urdaibai era un gran coral bajo el mar. Según nos explican, “las lumaquelas, rocas repletas de fósiles marinos de hace cientos de millones de años y que se pueden diferenciar a simple vista, dan fe de ello. Estas formaciones son representativas de la costa de Mundaka y nos descubren los acantilados que mantienen, a modo de cicatrices, su pasado tropical bajo el agua”. Con la interpretación que hacen estos geólogos de lo que nos rodea, basta con un simple ejercicio de imaginación para poder visualizar todo nuestro alrededor surcado de vida bajo el agua templada.
Montaña de bosque y uva
Poblando esos antiguos corales, ahora convertidos en montañas, encontramos bosques de encinar cantábrico, madroños y robledales. Una riqueza que podemos descubrir al detalle junto a Rafael Uriel, guía de Nueva Europa, en una ruta con la madera como protagonista. Nos lleva a través de un robledal que tiene todas las características de un bosque no intervenido, en estado natural, y allí conocemos toda la biodiversidad que habita este bosque, en el que, además, Rafael nos descubre los usos que la población local dio a los distintos tipos de madera a lo largo de los siglos. “Desde la obtención de piezas para la fabricación naval, alimentar a una ferrería de hace más de 400 años o para la construcción de caseríos, la típica vivienda vizcaína, podemos ver el uso de la madera en todas las épocas desde el siglo XV”. Como es lógico, hacer esta experiencia con un guía es imprescindible para así conocer la historia que hay detrás de los paisajes que nos salen al paso.
Además de sus bosques y senderos, las montañas de Urdaibai albergan maravillosos viñedos que producen algo casi tan conectado a la tierra de este destino, como la madera misma que se utiliza en sus barricas: el txakoli. En la Bodega Berroja, su propietario, Jose Ángel Carrero, resalta la enorme conexión de este tipo de cultivo con el territorio desde la Edad Media. Según aclara José Ángel, lo primero que hacemos en la experiencia de visitar esta bodega es interpretar la historia de Urdaibai y explicar que una Reserva de la Biosfera es un laboratorio de relación entre la actividad humana y la naturaleza. Una historia marcada por sus gentes, presentes en el lugar desde hace 14.000 años, en la que pescadores y agricultores siempre han colaborado y se han nutrido unos de otros. Es la misma filosofía que hoy seguimos nosotros, ofreciendo, tras la experiencia por los viñedos y las bodegas, cata de vino acompañada de productos de kilómetro cero proporcionados por productores y pescadores locales”, relata.
A los pies de una de esas montañas, Amaia Sagasti, nos abre las puertas de Iberreko Errota, de la que es propietaria. Se trata de un alojamiento de agroturismo con mucha historia entre sus muros que ocupa la que fuera una antigua ferrería que, el pasado, se reconvirtió en molino, hoy totalmente restaurado, pero que lleva muchas generaciones en su familia. Amaia no puede evitar sonreír cuando nos cuenta que “además de nuestra historia, ofrecemos un trato cálido y cercano. Así, además de dormir en medio de la naturaleza, puedes conocer de la mano de una persona de aquí no sólo el entorno sino también nuestra cultura y nuestro pasado”. Y añade que “lo importante para el futuro es estar en una plataforma como Soy Ecoturista, que permite intercambiar conocimientos no sólo con las empresas como los productores locales que nos proveen de los alimentos de Km0 que servimos, sino con todas las que componen esta red, como otros muchos alojamientos, que además tienen nuestra misma filosofía”.
¿A que te apetece visitar la Reserva de la Biosfera de Urdaibai? Próximamente te contaremos más de ella, pero mientras, puedes ir pensando en tu próxima escapada a este maravilloso destino. En Soy Ecoturista encontrarás experiencias súper interesantes y otras tantas que te llevarán a descubrir los productos de la tierra, diversas opciones de alojamiento y escapadas que incluyen alojamiento + experiencias. No esperes más, y anímate a descubrir Urdaibai con Soy Ecoturista.