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Descubre el Geoparque Sobrarbe Pirineos a través de sus gentes (parte I)

7 de octubre de 2024

Descubre el Geoparque Sobrarbe Pirineos a través de sus gentes (parte I)

En este recorrido por los espacios protegidos adheridos a Soy Ecoturista a través de los que hacen posible que podamos vivir experiencias únicas, llega el momento del Geoparque Sobrarbe – Pirineos aprovechando que cada 6 de octubre se celebra el Día Internacional de la geodiversidad. Una efeméride con la que se pretende promover la conservación del patrimonio geológico del planeta y reivindicar el papel de la geología en la sociedad actual.

Y es que en pocos sitios uno se siente tan pequeño frente a la majestuosidad de la naturaleza como en el Geoparque Mundial Sobrarbe-Pirineos. Un destino, como muy pocos en el mundo, que tiene las 4 coronas de la UNESCO: Patrimonio Mundial, Reserva de la Biosfera, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y Geoparque Mundial. Como nos cuenta Ánchel Belmonte, Coordinador Científico de Sobrarbe-Pirineos, “Un Geoparque es un territorio que tiene un patrimonio geológico de importancia internacional, que además conserva y pone en uso ese patrimonio al servicio del desarrollo sostenible”.

Una de las razones de la importancia internacional de este destino adherido a Soy Ecoturista, es que se trata de un libro abierto a la historia geológica. Lo especial de esta comarca, al norte de Aragón, es que “nos está narrando los últimos 550 millones de años de historia de la Tierra”, explica Ánchel. “En ese tiempo, se han sucedido paisajes como mares, cordilleras extintas, desiertos, nuevos mares y, finalmente, los Pirineos. Todos ellos los podemos leer en nuestras montañas y, para conocer esta historia, la importancia de los guías, es decir, alguien que traduzca e interprete lo que vemos, es más necesaria que nunca”. 

La importancia del guía para descubrir la montaña

Desde los Miradores del Cañón de Añisclo, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Raquel Martos, directora y guía de Solomonte, nos desvela que se trata de uno de los más profundos de Europa. “Con 23 kilómetros de recorrido, ofrece unas paredes espectaculares. Con la ayuda de unos prismáticos, en esas paredes podemos divisar quebrantahuesos, buitres leonados o rebecos. Es un mirador espectacular al que podemos acceder en un vehículo adaptado y también una actividad didáctica para toda la familia”. Así que, si queremos llegar a una de las joyas de la corona, toca ponerse las botas de montaña. Junto a Raquel, podemos realizar otra experiencia, que nos permite ver el glaciar de Monte Perdido que, según nos cuenta Raquel, “se sitúa en la cara norte de una montaña que se formó en el mar, lo que la convierte en el macizo calcáreo más alto de Europa”. Esta experiencia nos eleva, esta vez, a más de 2.100 metros y, bajo la cumbre que alcanza los 3.355 metros se puede ver el glaciar sobre el nacimiento del río Cinca. 

Si seguimos al espíritu de la aventura un poco más, podemos hacer travesías de dos o tres días, adaptadas a diferentes niveles”. Xisco Villalonga, guía de montaña de Pyrene 365, nos cuenta que “Hay travesías en las que se hace noche en refugios que ofrecen cena y desayuno, lo que permite ir con una mochila muy ligera”. Y añade que “la opción para valientes es la modalidad de saco de dormir, tienda de campaña y utensilios de cocina. Sea cual sea la que escojamos, llegamos a lugares que serían mucho menos accesibles en una ruta de un solo día. Porque mientras todo el mundo vuelve a su alojamiento, nosotros nos quedamos en las montañas, pudiendo tener experiencias únicas como ver anochecer y amanecer desde las montañas o disfrutar de la soledad y el contacto con la naturaleza”.

En cotas más bajas, desde la plaza del pueblo de Lecina, Alberto Marín, educador ambiental y guía de Senderos Ordesa, nos adentra en la cabecera del cañón del río Vero, en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, a través de caminos milenarios, construidos a base de la técnica de ‘piedra seca’, inscrita en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. “Durante la experiencia, la flora cambia drásticamente, desde los secanos de la parte superior a un pequeño oasis en el fondo del cañón”, nos explica. Hasta llegar allí, Alberto nos enumera las especies de flora que van cambiando mientras avanzamos, nos descubre la formación geológica del cañón y nos ayuda a divisar las aves rapaces que anidan en sus paredes verticales: buitres, quebrantahuesos, alimoches, cernícalos y halcones peregrinos vuelan a nuestro alrededor. Una vez en el fondo del cañón, Alberto nos confiesa que “es un lugar cargado de historia, ya que hay constancia de la presencia del ser humano desde el Paleolítico, hace varios miles de años, a través de los testimonios de las pinturas que aparecen en sus paredes, declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO”.

Habitantes de cañones y montañas

Avanzando varios miles de años a lo largo del valle de Chistau, Javier Villa, guía de Pletas y Camins, nos descubre una de las muestras más representativas de la cultura de montaña: la cultura pastoril, que ha servido de seña de identidad de los pobladores de estas montañas. Un claro ejemplo de siglos de convivencia entre el ser humano y la naturaleza que le rodea. “Unos de los rasgos y testimonios más claros de esta cultura pastoril son las construcciones denominadas ‘bordas’, ubicadas en un inenarrable valle de Viadós, a los pies del pico Posets, o Lardana, de 3.369 metros de altura”, comenta Javier. Dentro de la modesta construcción, que pasaba de padres a hijos, mediante anécdotas y vivencias, Javier relata una dura forma de vida que ha ayudado a conformar un carácter y una cultura. Podemos ser testigos de ella en cualquier momento y lugar del valle, ya que muchos pastores siguen desempeñando su trabajo hoy en día, por lo que cruzarnos con rebaños de ovejas o charlar con uno de los pastores es una parte más de la experiencia.

En lo alto de una escarpada loma se encuentra otra huella que los habitantes del extenso Geoparque Sobrarbe-Pirineos dejaron tras de sí. Muro de Roda domina, como buena fortaleza medieval, los valles colindantes: el valle de La Fueva y el valle del Cinca. “A nivel de patrimonio, Muro de Roda lo es todo”, explica Eva García, guía de Pyrene 365. “Hay dos iglesias románicas y una del siglo XVI dentro de la fortaleza medieval del siglo XI, que forma parte de la línea defensiva que estableció Sancho el Mayor en tiempos de frontera con los reinos almorávides. Desde su altura está rodeada de caminos tradicionales, con el empedrado natural y con muros realizados con la técnica de ‘piedra seca’”. Para volver al presente y poner el broche a la experiencia, Eva ofrece una degustación de productores locales adheridos al Geoparque Sobrarbe-Pirineos y a Soy Ecoturista que, al igual que el resto de las empresas, mantienen un estrecho vínculo de colaboración: “queremos poner en valor al producto y al artesano para que la gente los conozca y llegue a ellos”, comenta.

Estamos convencidos que con esta primera entrega ya estarás planeando tu próxima escapada ecoturista al Geoparque Sobrarbe-Pirineos para que todos estos anfitriones tengan la oportunidad de mostrarte y hacerte partícipe por el amor a su territorio. Puedes planificar la escapada directamente en Soy Ecoturista, donde encontrarás, actividades, alojamientos y escapadas completas de diferentes días de duración y que te llevarán a descubrir lo mejor del Geoparque a un solo clic. 


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