17 de febrero de 2025
Probablemente recuerdes el post que allá por el mes de agosto te llevaba a descubrir las Mariñas Coruñesas a través de sus gentes. Si te gustó esa primera parte, en la que hablábamos de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas “tierra adentro”, seguro que esta entrega te va a gustar también, porque tendremos la perspectiva desde el mar, la ría de Betanzos y el río Mandeo. ¿Nos acompañas a descubrirlo?
La importancia del agua
Paula Martínez y Lolo Mosteiro, propietarios del restaurante A Artesa da Moza Crecha, nos reciben en Betanzos frente al amarre del catamarán eléctrico de la Reserva de Biosfera. Allí nos encontramos también con José Ángel Paz, guía de 77 Turismo Betanzos, quien resalta la importancia de que el catamarán sea eléctrico. Y es que, según nos dice, “además de eliminar las emisiones, permite no solo una mejor observación, sino lo más importante: el bienestar de la fauna del río”. Así, la experiencia se abre paso a través del patrimonio natural del río Mandeo, mientras José Ángel nos habla de la innumerable flora y fauna que lo habita, destacado un gran número de aves, que pueden verse con gafas de realidad aumentada 360º al tiempo que se degustan productos locales que se convierten, estos últimos, en el hilo conductor de lo que vemos a través de todo el cauce del río Mandeo y de la ría de Betanzos”.
Y es que el agua ha condicionado la vida de los habitantes de esta Reserva de la Biosfera desde hace siglos. En el río Pelamios, afluente del Mandeo a la altura de Betanzos, la Técnica de Turismo Elena Carro viaja al pasado para explicarnos lo que hay detrás de los 25 molinos harineros, fábricas de curtidos y lavaderos que enriquecen sus márgenes. “Es una experiencia perfecta para toda la familia, pero especialmente para los niños, que pueden ver un modo de vida tradicional que casi se ha perdido”, nos comenta.
A orillas del embalse de Abegondo-Cecebre, llegamos a un puesto de observación donde ornitólogos y aficionados anillan y estudian las aves de este ecosistema. José Ángel Paz nos cuenta en esta ocasión, que “es sorprendente que en un espacio tan reducido podamos ver más 200 especies, entre las que hay petirrojos, martín pescador, o el cuervo marino (cormorán real), entre otras especies”. Y añade que “realizar esta experiencia en una de las zonas núcleo de Mariñas Coruñesas, en un grupo pequeño y acompañado de un guía, nos permite ser respetuosos con todas las especies, tanto de flora como de fauna, y poder conocer tanto la historia como la evolución del lugar”.
La opción, y también la convicción, de viajar respetando y conservando nuestro destino viene, muchas veces, desde el conocimiento. Y como todo viaje junto al agua, la última parada es la lógica: el mar. Así, nuestro siguiente destino es el Aula do Mar, que se ubica en la antigua casa del farero de Los Faros de Mera. “Allí se pueden ver todas las especies que pueblan una costa acantilada como la de Dexo”, nos explica el biólogo Sergio París. Aunque la fauna es casi inabarcable, comenta Sergio, “la más representativa de estos acantilados, y especie amenazada, es el cormorán moñudo. Aunque pasa la mayor parte del tiempo en el mar, estos acantilados albergan las mayores colonias de crías de esta especie en la península ibérica”. Según nos explica Sergio, “la permanencia de estas especies está íntimamente ligada a las medidas de gestión y desarrollo del territorio”, de ahí su importancia.
Desde ese conocimiento adquirido en el Aula do Mar, Xoán Fontaíña, guía de la Cooperativa de Educación Medioambiental, nos muestra ese hábitat de los acantilados que se erigen sobre un océano Atlántico que rompe con la torre de Hércules de fondo. A lo largo de la experiencia, nos topamos con las llamadas ‘furnas’, que son unas pequeñas cuevas marinas que se comunican con la superficie a modo de sifón y que realmente llaman mucho la atención. Pero, sobre todo, vamos descubriendo las innumerables especies que habitan esta zona, y nos explica Xoán que “otro aspecto diferencial de esta costa es un curioso fenómeno geológico, el Seixo Branco, que es una veta de cuarzo blanco que se extiende desde el fondo marino hasta la superficie, y que, durante muchos años, ha servido de referencia a pescadores que faenaban estas costas”.
Educando en la Biosfera
Conocimiento del entorno, de su naturaleza y de sus raíces. Respeto y aprecio de los patrimonios culturales, inmateriales y naturales. Avistamiento de aves. Comida saludable y de proximidad. Parece un listado de conceptos ecoturistas reflejados en la Reserva de la Biosfera de Mariñas Coruñesas durante nuestro viaje, pero se trata de las líneas de actuación de un proyecto: Educando na Biosfera.
En palabras de Ignacio García, técnico de Mariñas Coruñesas, “se trata de un programa de actividades dirigidas a los centros educativos del territorio que pretende poner en valor los recursos naturales, culturales y etnográficos”. Desde que este programa comenzara en el año 2015, ha evolucionado pasando de charlas puntuales a talleres y salidas por el territorio con un gran número de centros educativos. El objetivo es educar a los niños en el respeto, la conservación y el desarrollo del medio en el que viven porque, asegura “los más pequeños son los mejores transmisores de estos conceptos al resto de la sociedad”.
Pasado, presente y, sobre todo, futuro de un destino que deja aún, esperando entre sus naturales transcursos del agua, muchas otras experiencias que descubrir. Todas ellas, vinculadas en una impresionante red de empresas adheridas a Soy Ecoturista, que ha creado un ecosistema digno de la mejor definición de una Reserva de Biosfera.
No dejes escapar la oportunidad de descubrir este maravilloso territorio que es la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas y, ante todo, no dejes de involucrarte con los locales, que son quienes mejor conocen el territorio y te transmitirán su pasión por él.